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Los primeros pasos de la imprenta en Úbeda (I)

Aurelio Valladares Reguero

en Ibiut. Año V, nº 21. Diciembre de 1985, p. 18

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Resulta a primera vista un tanto sorprendente que una ciudad como Úbeda, que gozó de un enorme prestigio desde finales del siglo XV y muy particularmente durante la centuria siguiente, no cuente entre los lugares de España que abrieron sus puertas a uno de los fenómenos culturales más importantes de la historia de la humanidad, como es el caso del nacimiento y primer desarrollo de la imprenta.

Los especialistas en la materia hablan de 26 lugares españoles que dispusieron de talleres de impresión en los años finales del siglo XV, entre los cuales se encuentran algunas poblaciones de escasa entidad (1).

Durante el siglo XVI la imprenta fue extendiéndose a otros puntos de España e incluso acompañaría a nuestros conquistadores al Nuevo Mundo.

La provincia de Jaén no quedaría al margen de este fenómeno, pero sólo se circunscribió a la capital y a la ciudad de Baeza. Hay algún caso extremo, como Villanueva de Andújar, pero debe considerarse excepcional, fruto sin duda de una acción aislada de alguna imprenta de carácter itinerante.

Nuestra ciudad de Úbeda, que contó con autores de un cierto relieve durante el siglo XVI y con personas influyentes como Francisco de los Cobos o Juan Vázquez de Molina, no tomó parte en este proceso cultural que hubiera estado en consonancia con el prodigioso legado arquitectónico de esa época que deparó a la posteridad. La proximidad de Baeza, con su centro universitario, es quizá la única explicación posible de esta ausencia de la imprenta en la ciudad de la Loma.

Luego ya, el retroceso económico-social durante los siglos XVII-XVIII, palpable en la mayor parte del Santo Reino, difícilmente iba a propiciar las condiciones mínimas para la implantación de la imprenta. Habrá que esperar al siglo XIX, coincidiendo con la invención de nuevas técnicas en la maquinaria de impresión, junto a un apreciable resurgimiento cultural, para que Úbeda cuente ya definitivamente con talleres tipográficos.

Los primeros pasos van a ser lentos y pausados, pero pronto surgirán las publicaciones periódicas que sin duda van a contribuir en gran parte a dar el espaldarazo definitivo a este proceso.

Con motivo de un trabajo bibliográfico sobre Úbeda que concluí hace ya algunas fechas y que espero pueda verse algún día en letra impresa, tuve la oportunidad de toparme con ejemplares de las primeras obras impresas en nuestra ciudad, pertenecientes en su mayor parte a bibliotecas particulares, ya que se trata en muchos casos de libros pequeños (o más bien folletos) que por sus características parecen ser las víctimas más idóneas de la papelera y del fuego.

Los primeros impresos ubetenses de los que tengo noticia son dos libritos de 20 páginas que vieron la luz en 1849 en la imprenta de Juan José Górriz. A estos siguieron otros dos en 1850, de 22 y 23 páginas, respectivamente, que aparecieron esta vez en la imprenta de Franco y Compañía.

Cuando pasaban por mis manos estos pequeños impresos, a los que un notable bibliófilo ubetense, Natalio Rivas, con gran perspicacia suele calificar como "incunables del XIX", me asaltaba la lógica impresión de que me encontraba ante los restos de una posible producción impresa mucho más abundante durante esta época. Es posible que así sea, pero otros hallazgos me han hecho desestimar en gran medida tal sospecha.

Aurelio Valladares Reguero
Catedrático de Lengua y Literatura
Española de I.B. "San Juan de la Cruz"

(1) V. Hipólito Escolar, Historia del libro, Madrid, Edc. Pirámide, 1984, p. 301.
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