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El pasado año se cerraba definitivamente en Úbeda el Colegio de las Carmelitas, después de ochenta y cuatro años de existencia.
El Palacio del Conde de Guadiana volvía a la soledad y su torre vertical hacia el asombro dejaba de escuchar el griterío de niñas y el toque agudo de campana.
Úbeda se conmovió. Surgieron problemas, discusiones, críticas, amenazas..., toda una lluvia de espinas en el invierno de una comunidad que no vería ya amanecer una nueva primavera en la Ciudad de las Torres y los Cerros. Algunos hablaron con dureza de intereses materiales, incluso pusieron en duda la pedagogía experimentada. Otros, los menos, se pusieron al lado de las religiosas y expresaban frases de agradecimiento por la generosa entrega y la educación recibida. El tiempo, sabio una vez más, sonreía desde la ventana del calendario porque sólo él, como diría Tales de Mileto, será el descubridor de la verdad.
Yo, en medio de tanto fuego, sólo intenté rescatar los datos históricos para legarlos al futuro.
Y con dificultad –seamos sinceros–, aunque con comprensión hacia aquellas mujeres que vivían momentos poco gratos, pude tener apenas unos minutos el viejo libro, casi perdido y olvidado, donde se relataban los avatares de una fundación colegial en Úbeda hacía ya casi un siglo.
Me dejaron tomar nota de algunos datos y tomándolos volvía a comprender cuánto cambia la sociedad al paso de los años y qué poco al mismo tiempo.
He aquí, amigos, los datos apuntados:
Corría el año 1903 cuando un grupo de ubetenses que encabezaba D. Eustaquio Gámez se unieron para solicitar la fundación de un colegio carmelita en Úbeda.
Pero al no contarse con los medios suficientes las hermanas no vinieron ese año.
No desfallecieron los intentos y los señores de Úbeda mantuvieron nuevos contactos con la comunidad existente en Jaén, a la que se le hacía constar con insistencia que "Úbeda, que contaba con 20.000 almas, lo necesitaba".
Por fin la superiora de Jaén, Rosa Olivares de Sta Gertrudis, se decidió a venir a Úbeda para entrevistarse personalmente con los señores solicitantes. Era el 23 de junio de 1904.
Pero en esta ocasión tampoco se llegó a un acuerdo definitivo.
Fue entonces cuando intervino el Excmo. Ayuntamiento de Úbeda aportando 1.250 ptas. para que se llevase a efecto la fundación. La respuesta no se hizo esperar: Úbeda contaría en breve con un colegio de hermanas carmelitas de la caridad.
Lo primero fue buscar casa. Se vieron varias y quedó elegida una "de un modo provisional aunque sin demasiados medios". En el libro de la comunidad no se especifica en qué lugar se encontraba esta primera casa-colegio. Las hermanas tampoco lo sabían. Más tarde hemos podido averiguar que se trata de la hoy casa situada en la Plaza del Marqués de la Rambla n.° 5, y perteneciente a D. Juan Palacios.
Vino como primera superiora la Madre Mª. Teresa Solá S. Senén, que llegó acompañada de la Hermana Dolores Erausquín.
El día 19 de septiembre ya estaban instaladas. El 8 de octubre se bendijo la capilla y se dio la primera Misa. El día 17 del mismo mes comenzaron las clases.
La relación de alumnas no era extensa. Diecinueve niñas ocuparon los primeros pupitres de un ilusionado colegio que comenzaba la aventura -según se decía- de instruir, educar y evangelizar al mismo tiempo..., pero en aquel tiempo tan diferente y diferenciador. Ellas fueron:
Pepita, María y Carmen, hijas de D. Eustaquio Gámez. Dolores, Pepita, Guadalupe y Pilar, hijas de D. Francisco Cuadra. Pepita, hija de D. Cesáreo Pérez. Carmen, hija de D. Juan Blanca. Carmen, hija de D. Ginés Cuadra. María, hija de D. Eugenio Guerrero. Todas ellas en calidad de medio-pensionistas.
Como alumna externa se matriculó Isabel Anguís.
Las doce indicadas eran "Alumnas de Pago".
También se admitieron ese mismo día siete "Alumnas Gratuitas", (no se dan nombres).
A partir de este momento las solicitudes para ingresar en la escuela fueron numerosísimas hasta el punto que se buscó nueva casa.
Se sabe que fue alquilada a D Natividad Ordóñez, viuda de Iturralde. La casa (tampoco se hace constar su situación en el libro de la comunidad) es la marcada hoy con el número uno de la calle de D. Antonio Medina. Sí se hace constar "era más amplia que la primera con patio y jardín sombríos". El alquiler, se especifica, "era por necesidad y por un periodo de cuatro años al precio de 5 pts. diarias" (1).
El 7 de abril de 1905 se realizó el traslado "aunque había albañiles y muebles de los dueños". También se indica que vinieron más hermanas.
El éxito de las Carmelitas en Úbeda fue excepcional, hasta el punto que la nueva casa volvió a quedar pequeña en brevísimo tiempo.
La solución estaba en "alquilar o comprar" una nueva casa mucho más amplia en todos los sentidos.
(Continuará)
R.M.N.
1. Este dato y el referido a la primera casa-colegio carmelita se debe a la información recibida de los familiares de Dª Natividad Ordóñez.
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