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ENTREVISTA AL PADRE RAFAEL NAVARRETE, PREFECTO DE LAS ESCUELAS

Juan Pasquau Guerrero

en SAFA. nº 13; diciembre, 1961-enero, 1962

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Vacaciones de Navidad. Pero no dejamos descansar al P. Prefecto. Le buscamos. Vamos a su habitación. Le proponemos el tema de la familia. Relaciones de las familias de nuestros alumnos con el Colegio. De antemano sabíamos que es una cuestión que preocupa y ocupa al Padre Navarrete. Manos a la obra.

- Padre, ¿qué problemas de la Institución puede resolver la familia?

- Para nosotros, el gran problema es el de la formación del hombre en el niño; que no se produzca esa crisis tremenda que muchas veces tiene lugar cuando el niño va a transformarse en hombre. La verdad es que en ocasiones somos testigos de una solución de continuidad en la que el niño se borra sin que aparezca el hombre. Y es lo doloroso. La familia debe ayudarnos para evitar esto. El Colegio, realmente, es sólo un colaborador de la familia en la formación del hombre. Pero, por desgracia, es difícil encontrar padres preparados para este cometido. Por esto, en muchos casos, el Colegio asume el papel principal, rebasando su misión colaboradora.

- Planteada así la cosa, ¿qué harán concretamente las familias para ayudar al Colegio?

- Cada Colegio tiene sus “normas”; unas generales de ambiente, y otras con respecto a cada uno de los alumnos. Es necesario, para que haya unidad de acción formativa, que las familias conozcan nuestras orientaciones. A este fin, lo ideal es el trato directo de las mismas con la Dirección del Colegio. Pero este contacto directo se hace muy difícil en nuestro internado –y me refiero ahora concretamente al internado de Úbeda-. Por eso cada mes escribo una circular a las familias, donde quiero reflejar las ideas principales que viven los alumnos. Además, en el boletín de calificaciones mensuales, solemos poner breves observaciones que sirvan a los padres de orientación acerca del carácter de los muchachos.

- Habla usted, Padre, de ideas que se sugieren, en las circulares, a las familias. ¿Nos aclara más este punto?

- Insistimos en la importancia del sentido de responsabilidad, base de cualquier regeneración tanto en lo individual como en lo social. Abogamos por la necesidad de vivir de cara a Cristo, a los demás y a nosotros mismos.

- ¿Qué pediría usted a las familias con respecto a estos días de vacaciones?

- Que nuestros alumnos, junto con el descanso, encuentren en su hogar un ambiente de alegría y de unión, por encima y al margen de todas las preocupaciones y amarguras de la vida presente. Y que en sus padres hallen plasmadas, encarnadas, esas ideas de responsabilidad de que acabamos de hablar. Si los padres les enseñan lo mismo que nosotros, todo quedará mejor grabado en el alma de nuestros alumnos.

- Más preguntas. Pasemos a lo material. ¿Se hacen cargo las familias de los problemas económicos de las Escuelas?

- Verá, hay familias de alumnos que creen que la Institución cuenta sobradamente con todo lo que necesita. No es así. Tenemos los mismos problemas que cualquier familia pobre y sólo a fuerza de oraciones y de limitaciones vamos saliendo adelante. Realmente, hay que tomar la cosa en su sentido sobrenatural. Así, hay que decir que nuestra mayor riqueza es la de ser pobres, porque entonces contamos con Dios.

- Las familias de los alumnos coadyuvan a las necesidades de la Institución con una pequeña ayuda económica, ¿verdad?

- Sí. Creemos que, en justicia, las familias que puedan ayudarnos en algo, deben hacerlo, aunque ello suponga una cantidad pequeña. Así, además, se persigue un fin formativo. Es más digno, para las familias de nuestros alumnos, colaborar a nuestros gastos con una pequeña cantidad, aunque ello les suponga algún sacrificio. De esta manera –es natural- padres y alumnos se interesan más, por aquello de que llevan algo jugado.

- Y las familias, ¿responden en este sentido?

- A medias. Hay, sí, casos de sacrificios espléndidos por parte de ellas, pero otras dejan mucho que desear. Se ha dado el caso de familias que han solicitado dispensa de ayuda y después han gastado en cosas superfluas cantidades considerables. Esto, repercute mucho, en sentido negativo en la formación de sus hijos. Se tornan, ante el mal ejemplo de sus padres, egoístas y “aprovechados”, como suele decirse.

Han sido muy interesantes las manifestaciones del Padre Prefecto. Desmenuzadas... constituyen un punto de meditación para más de uno. Que aproveche la meditación.