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Julio de Aquiles, el pintor italiano que vivió y murió en Úbeda (y II)

Juan Ramón Martínez Elvira

en Ibiut. Año XVII, nº 99. pp. Diciembre de 1998 22-23

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EL PALACIO DE COBOS

Resulta indudable que una de las obras más célebres de Aquiles es la decoración del palacio ubetense de don Francisco de los Cobos, Secretario del Emperador Carlos y Comendador Mayor de León.
Desde Francisco Pacheco –que en su Historia de la Pintura da a conocer a la pareja integrada por Julio y Alejandro–, pasando por Manuel Gómez Moreno (13) –que logra identificar a estos con Julio de Aquiles y Alejandro Mayner–, todos los historiadores del arte hacen mención de Aquiles como decorador del palacio o los palacios de Cobos: el de Úbeda y/o el de Valladolid.

Se sabe que el palacio vallisoletano estaba concluido en lo fundamental en 1528, habiendo sido dirigida su erección por el arquitecto real Luis de Vega (14). En cambio, el palacio ubetense se está construyendo –por este mismo arquitecto– alrededor de 1531. En consecuencia, si la llegada de Julio y Alejandro a España tiene lugar en 1533, es perfectamente lógico que, primero, pasasen a Valladolid –donde Aquiles está documentado en ese año–, y después –en 1536 (15)– se trasladasen a Úbeda a decorar la otra espléndida mansión de Cobos, que ya debía haberse terminado. Establecer exactamente cuánto duró esta primera estancia de Julio en Úbeda no es tarea fácil, puesto que los historiadores no concuerdan en la fecha de su aparición en la Alhambra (16). Cabe la posibilidad de que Mayner partiese antes que su compañero para Granada (donde se documenta en 1537 y donde muere en 1545).

Como quiera que sea, a partir de 1546, y acobadas las pinturas del Tocador de la Reina en la Alhambra, Julio de Aquiles volvería presumiblemente a Úbeda, tal como se dijo más arriba.

A través de la documentación que hemos hallado en el Archivo Histórico de Úbeda, puede confirmarse la intervención de Julio de Aquiles en el palacio ubetense de Cobos, aunque, desgraciadamente, sin concreción de fechas. Se trata de una carta de pago que firma su viuda en 1563 y en la que se dice:
..."que por quanto el dicho mi marido hizo la pintura de la delantera de las casas prinzipales desta çiudad del ylustrisimo señor don Francisco de los Cobos comendador mayor de Leon ya difunto que sea en gloria e de la dicha pintura e preçio que por ella era obligado a pagar su señoria al dho mi marido se le restaban debiendo de alcançe liquido 18.526 maravedíes... " (17), etc.

¿Qué quiere decirse con esa expresión de la delantera? ¿Llegó a pintarse parte o toda la fachada del palacio que hoy se muestra ennegrecida y es el único vestigio de aquella soberbia mansión? No parece esto factible. Con más seguridad, debe tratarse de las habitaciones principales que daban a la calle, entre las que seguramente destacarían como piezas más sobresalientes las de los grandes salones (18).

No terminó de pagársele en vida esté trabajo, pues en el testamento declara que aún se le deben 70 ducados y que estos no quieren ser abonados por doña María de Mendoza. Finalmente, los 18.256 mrs que quedaban de resto los pagó la señora a su viuda el 6 de septiembre de 1563, en la carta de que ya hemos hecho mención.

Queda, pues, fuera de dudas, que Aquiles trabajó en el palacio ubetense del Comendador Mayor de León.

Y, por supuesto, también en otras de sus mansiones.

Ejecutando las pinturas "en las casas de cobos", –sin que se precise en cuáles– se le mató un obrero, natural de Vizcaya, al caer de una torre (19). Aquiles costeó su sepelio, y en el testamento declara que aún debe a sus herederos 18 ducados. En este caso, creemos que la referencia a la "torre" nos lleva directamente al castillo de Sabiote.

LA FAMILIA DE AQUILES

Muerto el pintor, tanto su viuda como algunos de sus hijos (fundamentalmente, Gerónima y Antonio) perviven a través de la documentación que hemos manejado.

Isabel de Monzón, la viuda

Ya hemos hablado de diversas actuaciones de Isabel de Monzón tras la muerte de Julio de Aquiles. El 6 de marzo de 1563 era curadora de sus propios hijos, sustituyendo en dicha función al clérigo Esteban Sánchez, a Fernando de Vilches, su cuñado –escudero de Su Majestad y vecino de Granada– y a su hijo Antonio que, lógicamente, debía ser ya mayor de 25 años para haber podido ejercer dicha curaduría (20). El año de 1564 marcó el límite de su presencia documental, aunque desconocemos si es el año de su fallecimiento. Lo cierto es que en el mes de julio, Juan Fernández de Anguís, en nombre de Alvaro de Torres, recibe 3 ducados de Sebastián de Córdoba, como fiador que es de Isabel de Monzón (21).

Lucía de Monzón

El 13 de mayo de 1567, Lucía de Monzón, hija de Julio e Isabel, recibía 40.000 maravedíes heredados por muerte del omnipresente Esteban Sánchez, beneficiado de San Nicolás y capellán del Salvador (22).

Gerónima de Aquiles

Estuvo esta otra hija de Aquiles al servicio del regidor don Cristóbal Mexía Salido y de su esposa, doña Juana Serrano. En 1591 recibía 89 ducados que se le restaban debiendo de la paga. Cuando en 1614 hace testamento su señora doña Juana, ésta confiesa en él tener mucho amor a Gerónima.

Antonio de Aquiles

Es el único varón que parece suceder al padre en el oficio y del que conocemos alguna que otra actividad artística.

Ruiz Prieto afirma que a él se deben las dos historias del antiguo retablo mayor de San lsidoro (23). También le atribuye la pintura del retablo de la Capilla del Ayuntamiento, en el año de 1580 (24).

Por su parte, Campos Ruiz (25) asegura que este Antonio de Aquiles pintó la reja de la capilla del Deán en San Nicolás, según demuestra la escritura de 21 de agosto de 1592, protocolizada por Cristóbal de Vago.

También tuvo relación con el retablo del Hospital de Santiago, aunque se sabe que no llegó a concluir con él.

Probablemente, Aquiles se sintiese con derecho a intervenir en su ejecución, y al darle ésta a Rosales y Rajis, promovió pleito. El 7 de mayo de 1586, los canónigos de Santa María, como patrones del Hospital, dan poder para fenecer dicho pleito con Antonio de Aquiles, vecino de esta ciudad, "sobre el pintar, dorar y estofar del dicho Retablo" (26).

De la provincia, conocemos su participación en la iglesia de Castellar, donde es muy posible que pintase el sagrario e hiciese su retablo. Da pie a ello el poder que, en 27 de junio de 1588, Pedro de Vandelvira, hijo de Andrés, como presbítero y vecino de Castellar, da al pintor para cobrar de los vecinos de Torreperogil, Sabiote, Villacarrillo y otros lugares un total de 1.070 reales que le traspasan en razón de lo que debe hacer en dicha iglesia parroquial (27).


CONCLUSIÓN

En la Exposición que en torno a la época de don Francisco de los Cobos, organizó la UNED a fines del año pasado [1997], hemos tenido ocasión de admirar de cerca y recién limpiado, un bello lienzo de Julio de Aquiles: La Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel. Ante él, hemos sentido al pintor italiano muy cerca de nosotros, de las cosas y de la historia de Úbeda. Y de sus gentes. Vuelve el tópico aquel de que uno es de donde muere, no de donde nace. En el caso de Aquiles, aun desconociendo lo más hondo de sus pensamientos, queremos poder asegurar que nos hallamos ante una importante figura del arte indeleblemente unida a la ciudad que le vio morir y en la que continuaron viviendo los suyos.


Juan Ramón Martínez Elvira

13. GOMEZ MORENO, M., Los pintores Julio y Alejandro y sus obras en la Casa Real de la Alhambra, B.S.E.E., 1919, págs 20-35.
14, KENISTON, H, Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V, f94.
15. fija esta fecha para la estancia en Ubeda de Aquiles Bonaventura Bassegoda [en nota 13 de la edición referido de Pacheco]
16. Es este año en el que casi todos los historiadores de arte (Pita Andrade, Alcolea Gil] datan por vez primera la estancia conjunta de Aquiles y Mayner en Granada. No obstante, Juan Agapito Revilla (véase la rev. Don Lope de Sosa, año de 1929, págs. 276-278) aseguró que en 1537 ya estaba Aquiles en la ciudad de los Cármenes.
17. AHMU Prot. n° 354, f- 426 vº
18. Una enumeración de las distinta dependencias del palacio (aunque posterior a estas fechas)puede verse en la obra de KENISTON yo citada.
19. No se conoce la existencia de torre alguna en el palacio ubetense, por lo que parece lógico situar el suceso en Valladolid. No obstante, cabe asimilar el término "torre" al de andamio, ante lo cual, las espadas siguen en alto.
20. AHMU Prot. nº 144, fs. CC y CCI.
21. AHMU. Prot. nº 269, f 420.
22. AHMU. Prot. n ° 144, f. CCI.
23. RUIZ PRIETO, M., Historia de Úbeca, Ed. de "Pablo de Olavide", 1982, págs. 376 y 543.
24. RUIZ PRIETO, M., Historia de Úbeda, Ed. de "Pablo de Olavide", 1982, pág. 543.