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Despeñaperros y luego los olivos de Jaén. ¿Cómo es Jaén? Ah, pues tenemos a mano la palabra. "Plateado Jaén" dijo Antonio Machada. No es que dijera demasiado, pero el adjetivo gusta. El primer año que tuvo lugar el "Día de la Provincia", precisamente en Alcalá la Real, creo recordar que dije que la plata es más noble que el oro. No confundamos, por Dios, riqueza con nobleza. Es lo que viene haciendo la Historia —y lo que usted y yo venimos haciendo— desde hace mucho tiempo, desde siempre. Si Jaén es de plata, pensemos, para ser buenos jaeneros, que la plata no se compra con oro. Que es más bella que él. ¿Por qué no va a ser éste un excelente consuelo? (Porque si nos ponemos "materalistas" la aguamos). Sin embargo hace falta que no sea consuelo de tontos, aunque si orgullo de muchos.
No obstante, si amueblamos bien nuestro amor, nuestra amistad, nuestro cariño a la provincia, veremos que lo de aumentar una prosperidad y unos medios de promoción, es algo que no puede faltar. Es deber de todos que no falte. Yo leía días atrás la reunión en Madrid de los señores de las Cámaras de Comercio. Estudiaban problemas y atisbaban soluciones y proponían remedios para esta especie de desmadejamiento económico del Santo Reino y, más genéricamente de Andalucía toda. Pensé, entonces, que Jaén no puede abominar de sus altos valores —de su plata más noble que el oro y con la que el oro no se compra—, pero que ello no es óbice para que por la capital y por los Cerros de Úbeda, y por el Condado, y por la Sierra de Segura, y por la de Cazorla, y por los pueblos arrebujados en Mágina y para las esbeltas ciudades de Andújar acá que escoltan al Guadalquivir, y para Linares y La Carolina mineros, y para el aceitunero Martos..., pensé, digo, que nuestras sazones y nuestros blasones no sean óbice para un renacer limpio y vigoroso de todo eso que llamamos la economía de estas tierras.
Si yo fuera economista diría que el preconizado resurgir para ser auténtico, habría de tener una nota de serenidad. Nunca estrepitosa nunca tumultuosa. No hay que pedirlo porque ya somos así. Creo que Jaén —la ''provincia de Jaén"— no subirá nunca "como la espuma". ¿Para qué? Desconfíen ustedes de la espuma. Luego o se deshace o baja.
En este "Día de la Provincia" urge un acto de fe en Jaén. Jaén fue y es y será, Pero que no sea, como en el famoso soneto de Quevedo, "un fue y un es y un será cansado". Prohibido cansarse.
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