Probablemente nunca recibiremos respuestas con suficiente autoridad y la cuestión [de por qué la República perdió la guerra] quedará abierta al debate y la interpretación. Y aun pudiera ocurrir algo peor en un futuro impreciso: que la cuestión se zanje no por virtud de una investigación exhaustiva de la verdad sino mediante imposición de una «verdad» oficial. Y lo grave entonces sería que esa «verdad», además de impuesta, fuese creída.

Luis Romero