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Fue el Maestro Bartolomé Jiménez el primer cronista que se ocupa de la monja de Sabiote —que no de Úbeda—, quien por los mismos años que la "monja alférez" doña Catalina de Erauso, nacida en San Sebastián en 1592 se hizo famosa con el nombre de Alonso Díaz y Ramírez de Guzmán, la sabioteña recorre las tierras de Italia enrolada en los tercios españoles con su espada al cinto después de haber sido una monja ejemplar en el convento de Santa María Coronada de Úbeda.
De la monja-soldado de Sabiote se ocupó también Fray Agustín de Torres, obra impresa en Granada en 1617. Pero dejemos a Fray Agustín y continuemos con el Maestro Bartolomé Jiménez Patón, quien en su "Historia de la Ciudad y Reino de Jaén", página 235, nos dice:
"..Aquí sucedió aquella prodigiosa historia de algunos tenida por fábula, siendo verdad muy cierta, y porque a mí me consta, y conozco la persona, y la e comunicado tengo de decir en suma como passó para desengaño de los que dudan del crédito.
"Doña Magdalena Muñoz, hija de honrados padres, natural de la Villa de Sabiote, y única, fué pretendida para casar, siendo doncella seglar, de mancebos honrados sus iguales; pero sus padres conocida que tenían su incapacidad e impotencia, nunca asistieron a esto, porque no tenía el vaso (omnian munda mundis) hábil para las obligaciones conyugales, que sólo era una pequeña sesína por donde orinava. Con esto trataron de entralla Monja como lo hicieron, en este convento con mucho gusto suyo que no hizo contradicción alguna, no obtante que siempre fué más inclinada a acciones varoniles, que a ocupaciones de mujer, como era jugar una espada, tirar un arcabuz, y otros ejercicios tales. Entraronla Monja, y al año cumplido como es costumbre profesó, y fué grande religiosa todo el tiempo que estuvo en este convento que fueron 12 años. Este 1617, sucedió cómo ella era tan inclinada a acciones varoniles, queriendo la madre Priora traer un hombre, para traspalar cierta cantidad de trigo, dixo ella que no llamase a hombre, que ella lo haría, púsolo en execución con tal brío y fuerza y conato, que en este exercício le dieron un cruxido las inglés, quedando con sentimiento, y dolor, y entendiendo se habia quebrado, o desvencijado, cayó en el suelo vencida del dolor, acudieron al sentimiento las monjas mirándola, y teniendola por quebrada trataron el caso con el Prior de San Andrés, para que diese licencia para curalla tratando el caso con la honestidad que se debía, se vino a conocer que se habia rompido en partes de varón, y enterados como debían dello la sacaron del convento y le dieron libertad para tratarse como varón.
Si en esto faltó alguna solemnidad, o no, no lo quiero disputar, al fin se vistió en hábitos de varón, y en su lugar, Úbeda, Baeza y Jaén le han visto con tal hábito de varón, y espada al cinto, y con el nombre de su padre que es Gaspar Muñoz, y con tal nombre y hábito se embarcó en compañía de un primo hermano suyo para Italia el año siguiente de 1618, que bríos tan varoniles como estos a tenido y tiene (la tal monja), Dios la traya a estado de perfección como el que tenía Monja, que más le quisiera yo Fraile, aunque fuera lego de su religión; que soldado en Italia, más Dios sabe lo que le conviene..."
MIS LOGROS INVESTIGADORES
Aparte de la crónica del Maestro Bartolomé Jiménez Patón y de Fray Agustín, poco nuevo se nos ha dicho de la monja sabioteña, habiendo sido ya tres personas al menos que desde que nosotros le dedicaramos a doña Magdalena Muñoz, unas páginas de nuestra historia de Sabiote allá por los años 1967, se han ocupado de ella. Repetimos que nada nuevo se ha aportado a no ser sembrar la confusión sobre si nuestra monja se llamó Catalina o Magdalena.
Este cronista está en buenas condiciones documentales de aportar algo nuevo al tema de la monja de la Coronada. Doña Magdalena Muñoz y Molina, que así se llamó nuestra monja, nace en Sabiote en 1589 y muere en Italia en torno a 1638.
(Continuará)
Ginés Torres Navarrete
(Cronista Oficial de las villas
de Sabiote y Torreperogil)
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