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Los niños expósitos: trescientos años de historia en Úbeda (IX)

Ramón Molina Navarrete

en Ibiut. Año VII, nº36. Junio de 1988, pp. 26-27

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LA CASA DE COMEDIAS

Sabíamos desde siempre que Úbeda, por su tradición, era una ciudad amante del teatro; ese bello género literario que no se conforma con quedar impreso en el papel sino que necesita del hombre entero para llevar al hombre un sueño que le haga ser más hombre.

El teatro, para ser teatro, ha de nacer del alma, aprenderse con el alma y representarse con el alma. Si se da esta tridimensión, el espectador no tendrá más remedio que abrir también su alma y gozar de una comunicación misteriosa que le embarga de sentimientos.

Así el teatro nace unido al hombre y se desarrolla y perfecciona en tanto lo hace el hombre. Sabemos que los egipcios hacían representaciones del nacimiento divino y la resurrección del faraón, sabemos también cómo de las danzas córicas en honor de Dionisios surgió el teatro griego, que alcanzaría altas cotas para ser heredado, como casi todo, por Roma. En la Edad Media el teatro se hizo puramente religioso, siendo, —en palabras de Juan Cervera—, junto a las catedrales, "la biblia de los pobres". Paganizado en tanto sale de las iglesias a las plazas, se "gremializa", aunque la trama es muy simple, una sencilla yuxtaposición de escenas costumbristas..., y así hasta Lope de Vega, que lo transforma hasta lograr un desarrollo hábil y coherente de la intriga.

Ahora el teatro deja las plazas y busca un local más íntimo, propio, cerrado, lejos de ruidos, gritar de niños e indiferencias de mayores. Aparece así el "Corral de Comedias".

El "Corral de Comedias" es eso, un espacioso corral situado al aire libre y en el interior de una manzana de casas. Había escenario y patio para los bancos, gradas, rejas y la curiosa "cazuela", zona reservada sólo a las mujeres. El escenario no tenía telón de boca y los decorados eran tan rudimentarios que los actores tenían que aludir constantemente al lugar donde se pretendía se estaba realizando la escena.

Comenzaba el espectáculo a eso de entre las dos y las cuatro de la tarde según las estaciones, y duraba de dos a tres horas. Los corrales de comedias más aventajados tenían incluso un toldo para evitar el molesto sol, mas si llovía la obra había de suspenderse.

Úbeda debía tener, y lo creemos de firme, su "Corral de Comedias". Úbeda era una ciudad relacionada, culta, comercial, señorial y festiva..., todos los ingredientes necesarios para darse el teatro. Pero, ¿dónde ese "Corral de Comedias"?

Hasta ahora nadie ha podido, que sepamos, —con documentos escritos como tiene por lema mi admirado D. Ginés Torres—, decirnos en qué lugar podía encontrarse el "Corral de Comedias". Pero miren ustedes por donde van a ser los niños expósitos quienes nos den una importante pista.

Mirando entre los recibos de obras de albañilería, un día nos encontramos un justificante escrito en un simple papel que dice:

"Como maestro que soy de oficio de esta ciudad digo que de orden de D. Joaquín Miranda, administrador del caudal de los niños expósitos echo unos reparos precisos en la casa junto a la Casa de Comedias, parroquia de Santo Domingo". Firma, Andrés Sánchez.

Este justificante, no fechado —aunque sabemos que D. Joaquín Miranda era Administrador del Caudal de los Niños Expósitos ya en 1822—, y tan sencillo, a primera vista, nos lleva a dos conclusiones. Primera, nos muestra el hecho de confirmar que Úbeda tenía su "Casa de Comedias". Segunda, que estaba situada en la Parroquia de Santo Domingo.

Necesitamos saber ahora en qué lugar de la parroquia. Y pensamos que como el recibo se refería a unas obras realizadas en una casa de los niños expósitos, lo primero que había que hacer era averiguar las casas en propiedad de la Obra Pía. Y así podemos decir que a finales de Abril de 1817, la Obra Pía de Niños Expósitos tenía las siguientes casas:
NuevaRdrg. González
AltozanoCruz Martos (media casa)
Santo DomingoHuerta de Bédmar
MatillasBote
AnchaRedondos
Luna y SolGradas de Santo Domingo
Alta del SalvadorParras


Si citan como "casas principales" de la inclusa las situadas en la calle Alta del Salvador. También poseían los expósitos una casa en la calle de la Cárcel, pero se hace constar fue vendida en 1813.

Por lo que vemos, a la Parroquia de Santo Domingo pertenecen las calles de Santo Domingo y Gradas de Santo Domingo. Descartamos la segunda y nos inclinamos a pensar que la "Casa de Comedias" no sólo estaba en la Parroquia de Santo Domingo sino en la calle del mismo nombre.

Finalmente hemos intentado saber en qué lugar de la calle Santo Domingo pudo estar la Casa de Comedias, y nos decidimos a pensar que esta casa no es ni más ni menos que lo que ha sido y es el Teatro Principal.

Pero no teníamos pruebas contundentes. El hecho de no saber con detalle la situación de la casa propiedad de los Niños Expósitos, nos dejaba todo un poco en el aire. La pista definitiva me la dio mi también admirado Juan R. Martínez Elvira, al preguntarle yo si la calle Santo Domingo pudo partir en otro tiempo de la Plaza del Marqués, a lo que me respondió con el dato exacto siguiente:

Los Niños Expósitos tienen una casa en la calle Santo Domingo, "que está frente al horno de pan cocer y alindan por bajo con casas de San Pablo y por arriba hacen esquina que mira a la calle que baja a la Parroquia de San Lorenzo".

El dato era concluyente. No cabe duda de que se trata de la misma casa a la que se refería el justificante, y que de cierto linda o mejor está exactamente al lado de la Casa de Comedias: Teatro Principal. Hoy sería la casa número dos de la Calle Santo Domingo, que hace esquina con la calle Jurado Gómez, y está frente al taller de "Tiznajo".

Si un día (IBIUT, 23), decíamos que el Principal era un teatro histórico y registrado como tal ya en 1861, hoy podemos tener razones para pensar que el Teatro principal es algo más que un simple teatro centenario. El Principal era "Casa de Comedias" seguramente ya a finales del siglo XVIII. Y, ¿por qué —nos preguntamos—, si ha sido teatro y ha sido Casa de Comedias no pudo también, y dada su curiosa distribución con importantes reminiscencias y siguiendo la tendencia de las restauraciones, ser "Corral de Comedias"?

Una vez más nuestros investigadores históricos tienen la última palabra.

R.M.N.