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Más sobre las murallas de Úbeda (VIII)

Ginés de la Jara Torres Navarrete

en Ibiut. Año X, nº 52. Febrero de 1991, pp. 16-17

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PUERTA DE LA CORONADA

Se afirma en "Ibiut" n.° 20, que comenzaría a llamarse de la Coronada a partir del 1500. Quede bien sentado, que tal se llamaba largos años antes de 1500, nombre que tomó de la vecina ermita de Nuestra Señora Coronada en donde en 1500 vienen a vivir unas mujeres de la Orden Tercera de Santo Domingo y al frente de ellas Catalina de San Esteban. De este hecho cierto y largas vicisitudes por las que pasó el desaparecido convento de la Coronada, damos documentado testimonio en nuestra inédita obra ÚBEDA CRISTIANA: CONVENTOS. Descartada, pues, la fecha del año 1500.

En cuanto al nombre de Arco de San Andrés (tan tardíamente así reconocido), inexacta igualmente la fecha de 1531, pues los Dominicos se establecen en Úbeda en el antiguo Hospital de San Andrés —de donde toma el nombre el monasterio— en 1516, siendo fundación del celebérrimo Fray Domingo de Baltanás y Mexía, oriundo de Úbeda por cierto. La fecha de 1531 no es sino un error arrastrado desde los tiempos de Ximena Jurado, fecha admitida por historiadores cómodos y poco dados a la investigación. Descartado pues el año 1531. Igualmente damos testimonios firmes en nuestra ya mentada obra inédita.

Referente a la denominación de Puerta de Martín Fernández a esta de la Coronada, el señor Martínez Elvira pasa a identificarla "quizás" a la de Aguilar, en el barrio de San Millán. Nada nuevo pues a lo aportado por nosotros en "Gavellar" n.° 113.

La hipótesis de "Puerta de Montiel", por disparatada no se puede admitir. El pretendido "Camino de Montiel" no es otro que el llamado de Toledo a través del cual se comunicaban estas tierras con Castilla-La Mancha.

Razón llevaba Ruiz Prieto al hablarnos del reparto o donaciones de que tal donadío iba desde la Torre de San Juan, —lugar de Úbeda con curato rural ya en el siglo XIV— hasta el camino de Montiel que no es otro que el de Toledo con el que confinaron las tierras donadas a la Orden de San Juan, cuyas rentas pertenecieron a dicha Orden hasta 1836, y concretamente a la Encomienda de Almazán. De ello damos igualmente testimonio en nuestra obra inédita ÚBEDA CRISTIANA.

¿Se nos podría demostrar la continuación del pretendido camino desde el Arco de la Coronada hasta empalmar con el de "Las Correderas"? Difícil demostración en tanto que el pretendido camino nacería en el mentado arco y continuaría por la hoy carretera del Trillo. Sólo existe un inconveniente, grave inconveniente, y es que la calle del Trillo era un callejón sin salida y por tanto sin continuación. De esto tenemos también noticias veraces en tanto sabemos cuando se demuele la casa que taponaba el inexistente camino de Montiel. El origen de la denominación de calle de Montiel es muy otro, pues lo recibe de un ilustre linaje parroquiano de San Pablo, sin sucesión masculina trasplantado a Indias.

NO AL ARCO DE DOBLE ENTRADA

Volvemos a movernos en torno a la oscuridad. Nosotros no decimos no por sistema sino con pruebas.

La noticia que dábamos en "Gavellar" n.° 113 y que reproduce "Ibiut" n.° 20, nos habla del derribo de los dos arcos de la Plaza de las Descalzas: el que daba acceso a la calle Montiel y el que existía en la calle Ventanas. No se nos dice respecto a éste último que diera paso a la calle Ventanas sino que estaba en dicha calle justo en la Plaza de las Descalzas.

No se puede ignorar que dicha plaza ocupó todo el espacio que va desde el monasterio hasta el palacio de los Cueva, incluido el grupo intruso de casas que se interpone hoy entre ambos edificios. Desde la esquina del palacio de los Cueva en la plaza de las Descalzas hasta el arco de la calle Ventanas justo enfrente de la Cruz del lugar, existe muy poca distancia. Por ello hablan de ambos arcos en la misma plaza.

A las pruebas nos atenemos, pues no hemos hallado por nuestra parte ni un solo documento que haga mención, como en el caso de la Puerta de Toledo, a dos arcos.

Prueba evidente de ello es que las noticias al respecto hablan sólo de un solo arco en la calle Montiel. En Úbeda, el 27 de marzo de 1680 ante Francisco Gómez de Grados, el licenciado Juan de Rus, arrienda:

"...unas casas que el dicho licenciado tiene en esta ciudad en el Arco de la Coronada, linde al orno de pan cocer" (1).

Con motivo de la peste y publicación de la salud, en cabildo municipal de 26 de octubre de 1681 vemos:

"...y dicho Batallón siguió a la Ciudad que fue la calle Montiel arriba y llegado al Arco de la Coronada se bolbió a publicar el bando...".

Y aquellas casas horno citadas anteriormente, son arrendadas a Pedro de Olivo, de nación francés, fecha en Úbeda el 24 de enero de 1731 ante Juan Antonio de Medina, y dice que son:

"...unas casas orno de pan cocer junto al Arco de la Coronada desta ciudad a la calle Corredera..." (2).

Para mayor defensa de la muralla, habían levantado un pinete sobre ella para cortar el paso a posibles escaladores. Las Descalzas elevan un memorial al Ayuntamiento ante el peligro de hundimiento de dicho pinete y solicitan su demolición. Dicen en acta capitular de 13 de julio de 1733:

"Que el pinete o ataxadero que está en el Arco que llaman de la Coronada, se pueda cortar para seguridad del Conbento".

La primera vez que por nuestra parte vemos que lo llaman Arco de las Descalzas es en cabildo municipal de 14 de julio de 1801 en que dicen:

"Y respecto a que el Sr. Corregidor manifiesta tener tomado conocimiento y dada probidencia sobre la reparación del daño ocasionado en el Arco del Convento de las Descalzas...".

Y Arco de las Descalzas se le llama también el 14 de diciembre de 1813, pues ante Jerónimo María de Navarrete, don Ignacio de Bustos y Salamanca, escribano de Úbeda, arrienda:

"...unas casas en la calle Corredera que lindan con la muralla y Arco del Convento de las Descalzas por la parte de abajo..." (3).

Creemos que son bastantes las citas en las que se reconoce un solo arco para la Puerta de la calle Montiel.

A comienzos del siglo XIX, el Ayuntamiento enajena el arco y torreón contiguo mediante censo. A la hora del derribo, es consultado su propietario y éste dice no. Sea esta nuestra última prueba de que sólo existió en la Coronada un sólo arco. En acta capitular de 4 de enero de 1866 dicen:

"Presenta memorial Antonio Molina Malo haciendo presente que tiene propiedad en el torreón y Arco de las Descalzas por lo cual paga dos censos al caudal de Propios y en su consecuencia solicita que no se derribe dicho Arco...".

Como se ve, en un mismo documento se afirma dos veces que sólo existió un solo arco, objeto del no derribo que defendía su propietario.

Condenado a muerte nuestro Arco en cabildo de 2 de julio de 1863, todavía supervive en 1866.

Ginés Torres Navarrete

(1) Leg. 954, f. 265.
(2) Leg. 1.404, f. 6.
(3) Leg. 1.675.