Revista Vbeda Revista Ibiut Revista Gavellar Diario La Provincia Semanario Vida Nueva Revista Don Lope de Sosa
Nuestra web sólo almacenará en su ordenador una cookie.<br>
Cookies de terceros.Por el momento, al utilizar el servicio Analytics,  Google, puede almacenar cookies que serán 
procesadas  en los términos fijados en la Web Google.com. En breve intentaremos evitar esta situación.
Revista Códice Redonda de Miradores Artículos Peal de Becerro. Revista anual Fototeca Aviso
y más: En voz alta Club de Lectura Saudar.es Con otra voz En torno a la palabra

Úbeda

Guía histórico artística de Úbeda. En las mejores librerías. Pulse para conocer las fuentes que nos avalan


Quizás la mejor Guía de Úbeda.

 
    

En torno a los «Nuevos planteamientos» de Martínez Elvira sobre la cerca de Úbeda (IV)

Ginés de la Jara Torres Navarrete

en Ibiut. Año IV, nº 19. Agosto de 1985 pp. 16-17

Volver

        

Cada cual es muy libre de forjarse sus propias opiniones y la nuestra es con todas las posibilidades a nuestro favor que la Puerta de Quesada es igual a la de Santa Lucía. No hubo dos puertas sino una sola. ¿Dónde estuvo enclavada la del arrabal de San Juan? Nos gustaría saberlo pero de una manera documentada dejando a un lado toda divagación. Pruebas.

No hay un solo documento que nos diga que la puerta del arrabal de San Francisco llamada de los Canos, de la Fuente de las Risas, ¿de Jaén?, o de San Cristóbal así se llamase y sin embargo así fue conocida. Tampoco nos hemos topado con ningún otro que nos hable de la Puerta Nueva, de San Juan de Dios o de los Mesones y sin embargo así se conoció. Tampoco nos suena ningún documento que nos hable del Postigo del Marqués, de la Señora Bernuy, de la Calancha o del Espíritu Santo y así fue conocida. En cuanto al Arco de la calle Montiel, en unos documentos le llaman de las Descalzas, en otros de la Coronada y en algunos de la calle Montiel. Otro tanto ocurre con la Puerta de la calle Valencia, conocida por Puerta Nueva de Sabiote o del Despeñadero y sin embargo se trata de la misma entrada. No sabemos porqué extrañas razones a esta de Quesada tenían los documentos que nombrarla necesariamente por Puerta de Quesada y de Santa Lucía en concreto.

No hay razón alguna para pensar que la Puerta de Quesada fuese llamada de Santa Lucía en 1594 a menos que no aportemos pruebas contundentes. No solamente se le conoció en 1594 a la cuesta que se deslizaba y desliza desde la Puerta de Quesada hacia las collaciones de San Millán y San Juan Bautista, sino que en 1777 aún continuaba llamándose así: Don Francisco Antonio Mexía de Navarrete, dice ser dueño de unas casas "en la cuesta de Santa Lucía, Parrochia de Sr. Sn. Millán que alinda con la Huerta del Carmen". Luego la tal calle corría desde la Puerta de Quesada o Arco de Santa Lucía hasta la altura del huerto de los Carmelitas Descalzos, dentro de la jurisdicción eclesiástica de San Millán.

De lo que no cabe duda es que la tal calle recibía su nombre de la hornacina dedicada a la santa abogada de la vista labrada en la Puerta de Quesada o junto a ella. No es una casualidad la devoción de los sanmillaneros a Santa Lucía, pues la imagen de la mentada hornacina pasa a San Millán al demolerse el Arco y su capillita.

El hecho de que en los padrones de San Juan Bautista, concretamente el de 1634 nos hable de la calle Portillo –no de la calle Puerta o Postigo–, sólo indica que dicha calle desembocaba en uno de los portillos abiertos en el grueso de la contigua muralla de la ciudad, no del arrabal de San Juan, que no estuvo nunca murado. Aquel portillo de cara a San Juan, fue uno de tantos abiertos anárquicamente en la cerca de Ubeda para comunicar sus arrabales, todos ellos abiertos tras la conquista de Granada. Sirvan como ejemplo el de la calle Andújar o el de la calle del Cristo del Consuelo, en la Cava.

Por otra parte frecuentemente nos hablan en las ocasiones de la peste de tapar los portillos de la ciudad, es decir, las bocacalles que ponían en contacto los arrabales con el campo. ¿Debe esto hacernos pensar que en cada uno de ellos se levantó antaño una puerta o postigo?

Sí es cierto y muy cierto, que los portillos carecían de rango alguno respecto a los Postigos (arcos estos perfectamente labrados en el grueso de la muralla), y una vez más hemos de recalcar que los Postigos tenían a su vez bastante menos categoría y fábrica que las puertas propiamente dichas que no fueron tantas. Esto queda suficientemente demostrado.

Profesamos profunda admiración a Ruiz Prieto ya que siguiendo sus huellas hemos manejado los mismos documentos que él manejara, y estamos por ello en condiciones de valorar su titánico esfuerzo y su vasta labor cultural. Todavía, nuestros pasos van más lejos y en nuestra diaria andadura de años, hemos visto y manejado otros fondos documentales que nuestro admirado don Miguel no manejó o si lo hizo fue muy de pasada y no dejó rastro.

Por todo ello opinamos, que lo que don Miguel quiso decir es que los cofrades de San Julián entraban a Ubeda por la Higueruela a la Puerta de Quesada o Arco de Santa Lucía al claro del Salvador para internarse en la ciudad camino de la Carrera de los Caballos. Va a ser muy difícil demostrar la pluralidad de puertas que se pretende, siempre claro está, con documentos solventes y no con retazos de historia.

De otra parte, nos parece rara la afirmación de don Miguel respecto a que los cofrades de San Julián entrasen a la ciudad por la Carrera de Caballos hacia la Puerta de Quesada, pues la Carrera de Caballos, donde los cofrades hacían sus apuestas, estuvo situada en el Ejido de San Marcos. El Canónigo de la Colegiata de Ubeda don Juan Andrés del Santísimo Viedma y Ahumada nos habla de unas posesiones en la citada Carrera de Caballos donde desde antiguo se levantó un molino de aceites de vigas nombrado de "Los Moyas" por haberlo labrado a su costa los de este linaje. Aquel molinillo fue subdividido con el tiempo y en 1797 don Francisco de Paula de Vico y Nájera (tronco de los Vico ubedíes) "recibe en arriendo unas partes de molino en la Carrera que nombran de los Moyas". Y dichas "partes" de molino llegan a ser de su propiedad por su casamiento con D.a Isabel de Moya. Este nos dice en su testamento que era propietario de la cuarta parte del molino de la Carrera. Otra tercera parte perteneció a un cuñado de Vico, regidor perpetuo y decano del Ayuntamiento de Úbeda, pues en 1799 dice: "Antonio de Moia vezino de esta Ciudad ante V.S. como mas haia lugar digo: Que fue de mi abuelo Antonio de Moia y Herrera una tercera parte del Molino de Aceite en la Carrera de los Caballos la que se dividió y tocó a mi tio Antonio...". Y ahí tenemos pese a los años transcurridos el molino de aceites de La Carrera hoy convertido en cooperativa agrícola en lo que antaño fuera Ejido de San Marcos y más en concreto en donde los cofrades de San Julián hacían sus atrevidas y arriesgadas apuestas.

Leído detenidamente el memorial de los parroquianos de San Juan Bautista respecto al cierre hermético de la Puerta de Quesada dicen: "... que los labradores de dicha Parrochia ayan de encerrar sus granos y la paja por qualquiera de las puertas que la Ciudad tiene diputadas, la una en la calle Valencia y la otra en la calle los Canos, porque el arrodeo es mucho con que se nos dé licencia por V.S. para abrir la puerta que dicen de Quesada".

Es demostrable que los labradores de San Juan Bautista carecían de ejido en su collación en razón a lo accidentado del terreno, pues sólo contaban con una plazuela llana con fuente pública ambas llamadas de Los Serranos. Sus mieses las trillaban bien en el "Egido de Raya" en la collación de San Millán, bien en las eras del Alcázar, de gran comodidad para ellos. De ahí que los labradores que utilizaban las eras del Alcázar se viesen obligados a dar la vuelta por la Puerta de los Canos o la de la Calle Valencia únicas abiertas al tráfico y comercio, para llevar hasta sus casas el fruto de sus sudores. Nótese que todos los portillos que daban al campo estaban cerrados por lo que suplican al Concejo dejen libre la Puerta de Quesada y así ahorrarse "el arrodeo". Obsérvese que los mentados agricultores sólo hablan de introducir las pajas y sus granos a sus casas que no las mieses a sus ejidos, pues éstas ya habían sido recogidas y hacinadas con anterioridad al cierre de la Puerta de Quesada.

Ningún historiador local insinuó jamás que el barrio de San Juan Bautista contase con cerca y puertas propias. De ellas ni rastro. Hemos manejado muchos testamentos de vecinos de San Juan, arriendos y ventas de casas, solares etc... y en ninguno de ellos se nos habla de una casa o corral, huerto o era de pan trillar que pegase junto a algún muro o puerta. Sí en cambio de sus desaparecidas plazuelas, fuentes o huertos.

Que el arrabal o collación de San Juan Bautista no tuvo ni murallas ni puertas lo prueba el hecho de que en 1676 ante la amenaza de peste, se gastan en tapar los portillos que daban al campo en ambos Sanjuanes nada menos que 257 reales de vellón. Se haría interminable reseñar las veces que los documentos nos hablan de la Puerta de Quesada en contraposición de las pocas que nos citan el Arco de Santa Lucía, demostrativo esto de la verdadera identidad de la de Quesada.

Servidor, en temas de historia es incrédulo a lo Santo Tomás: tenemos que ver para creer. Ansiamos en verdad que nuestro amigo Martínez Elvira nos pueda probar su hipótesis sobre la pluralidad de puertas Quesada–Santa Lucía, y cuando metamos nuestros dedos en documentos contundentes, creeremos y entonaremos –no se dude– el mea culpa.

Ginés Torres Navarrete

Cronista Oficial de las villas
de Sabiote y Torreperogil)