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Don Andrés Ruiz es una de esas personas siempre propicias a la amabilidad, que allanan, que jamás ponen obstáculos. ¡Son tan escasos estos hombres! He aquí sus opiniones como presidente de la Asociación de Padres de Alumnos de Úbeda.
-¿Podria contestarnos a unas preguntas para SAFA?
- Con mucho gusto.
- ¿Nos dice cuál es el propósito principal que anima a la Asociación que usted preside?
- Lo tenemos consignado en el Reglamento. Podría cifrarse así: Colaboración.
- Por supuesto; colaboración con las Escuelas en su alto propósito educacional. Pero, ¿podría añadir algo específico?
- Conviene añadir que la Asociación se mueve y debe actuar siempre según los intereses de la escuela, del niño y de los maestros. Digo esto, porque no falta quienes creen que debíamos lanzarnos a otros proyectos que, si bien son magníficos y dignos de alabar, están fuera de nuestro primer plano de acción, no cubierto todavía de manera plena.
- ¿Qué medios emplean para la intensificación de relaciones entre la familia y la escuela?
- Reuniones plenarias, actos escolares, conferencias, cine, exposiciones escolares, lecciones públicas, retiros espirituales, campañas de caridad... He oído decir muchas veces a nuestro Asesor y director del Grupo Escolar que tiene el propósito de establecer “Cáritas escolares” en el Grupo. Buen cauce sería “Cáritas” para llevar a efecto un programa formativo y de acción social.
- ¿Qué pide, especialmente, el padre de familia al maestro y a la Escuela?
- El padre quiere, ante todo, que sus hijos se hagan hombres de bien en la escuela. Y sabe que la tarea educativa es difícil. La frase que los padres empleamos al hablar del hijo al maestro es muy gráfica: “Apriétele Vd.”, le decimos. Y, en efecto, queremos eso, que se apriete a nuestros hijos
para que den fruto y jugo. Pero eso no es todo, y eso no es lo principal. Lo más importante es conseguir una verdadera formación espiritual y religiosa. No todos los padres se dan cuenta de ello. Y la Asociación trata de inculcar entre sus afiliados , esta superior jerarquización de lo religioso y de lo moral, porque, por desgracia, no todos los padres son conscientes de ello, repito.
Parece como si don Andrés quisiera seguir apurando su respuesta. Duda un poco,le espoleo un tanto, y entonces añade:
- Otra cosa. Los padres, en general, quieren que sus hijos consigan en la vida, lo que ellos, por circunstancias diversas, no han podido conseguir. “No quiero que mi hijo sea del campo, como yo”,dicen casi todos los del campo. Esto está bien, pero a veces acarrea errores. No todos los hijos han de poder conseguir una carrera. Lo urgente es revitalizar nuestros oficios. En el caso del campo, lo peor no es ser del campo, sino lo mal pagado que está este trabajo. A tal efecto, concretamente, interesa en Úbeda también una Escuela de Formación Agrícola –como creo existe en otros centros de la SAFA- que abriera a los que quisieran dedicarse al campo nuevos horizontes, que impidiera en fin el desprecio hacia las labores agrícolas. En los pueblos de Andalucía –y todos nuestros centros están en Andalucía- esto es necesario. No se olvida el lema de las Escuelas, plasmado en el himno: “Paso a la juventud, que se abre a nuestra vista, en ansias de conquista del campo andaluz”. ¿Cómo vamos a conquistar el campo andaluz, dándole de lado?
- Esto responde, en cierto modo, a la pregunta que ahora le íbamos a hacer: ¿Qué problemas con respecto al hijo de familia plantea esa Asociación, a modo de sugerencia, a las Escuelas?
- Plantearíamos alguna sugerencia más.
Por ejemplo, abogaríamos porque se atenuase un poco el rigor selectivo para ingreso en Profesionales y Magisterio. Bastantes padres se enfrentan con el problema de que se les truncan los estudios a sus hijos, a mitad de carrera, por este criterio quizá demasiado severo. Si algunos no deben seguir adelante, al menos podía intentarse, en su beneficio, un título elemental que les resultase válido y que aseguraría su inserción en otros campos. ¿Remedios? Afortunadamente, el Cursillo de Formación Intensiva que ya este año se lleva a efecto en las Escuelas, suple en gran parte muchas deficiencias. En verano, además, podrían intentarse cursillos especiales para los rezagados, aunque no desconozco las dificultades que esto implica.
- Última pregunta. La Asociación que Vd. preside ha celebrado ya varias reuniones para intensificar la formación intelectual de los padres de familia. Exponga, se lo rogamos, en qué han consistido esos actos y cuáles son sus propósitos en el mismo sentido.
- La verdad es que en este aspecto, las realizaciones están por debajo de los deseos. Los retiros espirituales celebrados han adolecido de escasa asistencia –un ocho por ciento de los asociados- y, quizá por esta frialdad, no se han celebrado con la frecuencia que señala el Reglamento. Dejo a la consideración de los Padres Jesuitas la solución de este grave problema, muy interesante para la acción de apostolado del Colegio respecto a las familias y en evitación de que escapen tantos padres de educandos a la obra formativa que todos perseguimos.
Don Andrés Ruiz García, hombre franco, veraz, sincero, ha expuesto con toda lealtad sus opiniones, que esta publicación, atenta al sentir de la gran Familia de SAFA, traslada a la letra impresa.
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