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DOÑA LINA DE LA GÁNDARA, ESPOSA DEL PROFESOR D. BERNARDO LÓPEZ

Juan Pasquau Guerrero

en SAFA. nº 32. Marzo-abril de 1965

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Doña Lina de la Gándara es la esposa del profesor de nuestras Escuelas, don Bernardo López Aparicio. Vive de cerca nuestros afanes, está informada de los problemas de la SAFA. Participa, en fin, en nuestra espiritual empresa. Pero esta participación de las esposas de los profesores de la Institución es hasta ahora tácita. No pasa de un “estar al tanto”. ¿Es conveniente que “ellas”, expresamente, digan su opinión y su palabra? Un día queremos preparar una encuesta. Quizás, por medio de la encuesta, podamos disponer de algunos datos que nos permitan compulsar criterios que hoy por hoy adolecen de difusos. Por lo pronto, esta vez, se nos ha presentado la ocasión de charlar unos instantes con una de ellas y... le hemos disparado –no sabemos si un poco a quemarropa- las obligadas preguntas:

- ¿Cree importante la presencia activa de la mujer en la SAFA?

- Creo que sí, siempre que se le asigne una misión digna de ella.

- ¿En qué puntos concreta usted la ayuda de la mujer safista a nuestra Obra?

- Opino que nuestra presencia, nuestra intervención en tareas más o menos subsidiarias, reportaría un bien extraordinario en la educación de los jóvenes que encontrarían en el Colegio y en sus tareas una prolongación de la familia. Hay que evitar las reacciones desequilibradas de los jóvenes en la época de la adolescencia y, para ello, estimo que debe acostumbrarse a los alumnos al trato con la mujer joven en teatros, coros, excursiones... Ya se ha iniciado algo de esto y esta tendencia, a mi juicio, debe proseguirse.

- Desde su punto de vista femenino, ¿qué defectos encuentra en nuestra Institución?

- Creo que todo hombre de la Institución está ligado con alguna mujer: madre, esposa o novia. Separar a éstas de la participación activa, tanto en días de fiesta como en días de preocupación y de quehacer, me parece erróneo.

- ¿Qué aspectos de la Institución le merecen más simpatías?

- Ver cómo los muchachos viven el ambiente modern o dentro del Colegio y comprobar lo lejos que se hallan, en su conducta, de los jóvenes ñoños de otros internados, sin que se perjudique por ello, en nada, la vida espiritual y de trabajo.

- Hablemos ahora de la mujer en general. ¿Cree que haciendo un balance de virtudes perdidas y ganadas, con respecto a generaciones anteriores, salimos ganando? ¿Cree, por el contrario, que salimos perdiendo?

- Me parece que salimos ganando en formación y capacitación para comprender los problemas comunes sociales o políticos. Estamos más preparadas para educar a los hijos y para participar en la vida activa del trabajo.

- ¿Cuál cree que es la misión más importante de la mujer en esta época?

- La de comprensión y amor ante el movimiento ecuménico de la Iglesia conducente a la eliminación de racismos y al acercamiento entre las naciones.

- ¿Cuáles son, como mujer, sus aficiones predilectas?

- Leer, viajar y hacer labores de artesanía.

Tales son las opiniones particulares de una esposa safista que ha tenido la amabilidad de contestar a nuestras preguntas y por cuya exposición la redacción de SAFA le queda muy agradecida. Sirvan estos criterios de estímulo y acicate. Para confirmar –o para rebatir- las ideas de la señora de López Aparicio, esperamos cartas: cartas de mujer. ¿Llegarán muchas?