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Los niños expósitos: trescientos años de historia en Úbeda (XIII)

Ramón Molina Navarrete

en Ibiut. Año XIX, nº 105. Diciembre de 1999, pp. 26-27

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¿ADMINISTRADORES HONRADOS?

Está muy claro que, sobre todo en los primeros siglos, el cargo de administrador de la Obra Pía de Expósitos era algo apetecible, especialmente porque en Úbeda el hambre y la miseria estaban a la orden del día.

En los libros de cuentas se aprecian gran cantidad de errores, de anotaciones "olvidadas", de falta de pago a las amas..., y sin embargo la Obra Pía no cesaba de tener censos, tierras, casas, demandas, donaciones de grano y numerosas limosnas. Sospecho que algunos, aparte de la mala administración de los bienes y la mala gestión, se quedaron con dinero, con mucho dinero, y más teniendo en cuenta que no había que dar cuentas prácticamente a nadie. Observamos que el ahorro es la principal misión de la cofradía, donde el niño abandonado no era otra cosa que un estorbo social al que era mejor aniquilar, fruto siempre de la ilegitimidad, del pecado o, cuando menos, de la tremenda pobreza. En no pocas ocasiones se da a entender esta mala gestión; incluso se descubre y llega el escándalo hasta oídos del rey, como ya hemos visto en el capítulo anterior.

Pero lo que nos ha sorprendido es que después de la intervención de Su Majestad, y del Sr. Obispo de Jaén, y tras el duro proceso del Visitador y Abogado de los Reales Consejos, D. Francisco de Paula Toral, contra los dos administradores de las Obras Pías, D. Andrés Antonio Ramírez y D. Francisco Morales, y tras poner en el cargo al Presbítero de Santa María, D. Antonio Bolívar, éste iba a ser "corregido" también ante las cuentas presentadas "a los S.S. de la Junta directiva de la de Jaén, creada en ella por disposición del Ilmo. Sr. Obispo actual". (Era D. Andrés Esteban y Gómez.)

D. Antonio Bolívar presenta estado de cuentas detallado de 1814 a 1817. La Junta le remite escrito con nada menos que veintiuna "observaciones". D. Antonio Bolívar responde punto por punto, y se defiende bien, pero en algunas no tiene salida y dice: "A la segunda se advierte la falta de tres celemines raídos de escaña que se cargará en cuenta sucesiva", o "en cuenta sucesiva se cargarán las dos fanegas de trigo que por equivocación se omitieron" o "se advierte equivocada en veinte reales la partida del nº 38". Al final -¿sincera y honrada disculpa?-, hace constar el siguiente escrito: "No obstante la contestación que lleban los reparos a dichas cuentas si los SS. de la junta no quedasen satisfechos, el Rector Administrador no tendrá dificultad en abonar todas las partidas que se le reprueben, porque ceden en favor de un Establecimiento de beneficencia, al que tiene la satisfacción de haverle hecho y proporcionado varias limosnas y todas las ventajas que han sido suceptibles en la lamentable época en que el Gobierno ha padecido tantas vicisitudes y alternativa, en las que ni un solo día se ha cerrado el torno, ha suplido más de veinte mil reales suyos y agenos para evitar el extremo de que perecieren los Niños a impulsos de la hambre y de la indigencia; no ha perdido momento para reclamar a todas las Autoridades en favor de la infancia desvalida, y no pocas veces han sido atendidas su súplicas, y ultimamente no cree que ha faltado a la eficacia, actividad y zelo que exige su destino, porque los principios que le conducen son la pureza, buena fe, caridad y amor a estos Niños, que merecen la primera atención entre todos los Establecimientos benéficos".

Concedamos a D. Antonio la posibilidad del error, pero está claro que a medida que más claridad se les exige en las cuentas y menos libertad de acción se les deja a los señores administradores, menos apetitoso se hace el cargo.

LA HISTORIA SE SIGUE REPITIENDO

Ya dijimos que aparecen ahora una serie de libros enumerados del uno al veintiuno. El primero comienza en 1823 y el último termina en 1933. Sin embargo, en el fondo, la historia de esta última etapa no es muy diferente a los dos siglos anteriores, en todo caso, y ya es bastante, la atención fue un poquito más esmerada.

Los niños se siguen recibiendo en el torno, y tras ellos todo un mundo de miseria, hambre, ilegitimidad, hipocresía y mentira. Como prueba exponemos esta nota que adjuntaba una niña que dejan el 12 de abril de 1842. Dice así: "La desgracia de haber muerto mi mujer y la triste situación en que me encuentro con tres hijos sin recursos me obligan a mendigar de puerta en puerta. La necesidad me obliga a depositar esta niña a esta Casa de Caridad para que no perezca de hambre. Se ha bautizado y se llama Marta Marquina Bermen, hija de legítimo matrimonio. Tenga bondad de ponerla en manos de una persona que se interese por ella, si la providencia mejora la suerte de su padre desgraciado la reclamará algun día".

Es posible que "este padre" oculte la verdad y no sea "tan pobre". Con esta capacidad de expresión en la redacción nos extraña mucho. También es posible que sea indigente y alguien le escribiese la nota... Fuese lo que fuese, está claro que mentira y miseria quedan reflejadas. Nunca lo sabremos. La niña murió seis meses después.

Caso claro de ilegitimidad lo tenemos en Andrea Rafaela, llevada en la noche del 24 de octubre de 1862, por una partera. La crían varias amas. Finalmente, el 27 de febrero de 1869, aparecen sus padres; Juan José Benito y Josefa Salido, que viven en calle Real, 76, "y declaran haberla tenido dos años antes de contraer matrimonio".

Caso de legitimidad: El 16 de febrero de 1865 dejan a una niña de Cazorla. Trae partida de bautismo y es hija legítima de un albañil, Manuel Hidalgo y Maria Nieto. "Por no ser Expósita se consultó a la Junta Provincial de Beneficencia de Jaén sobre el destino que había que dársele, quedando en la casa hasta la resolución de la Junta". No hizo falta la respuesta. Falleció "de garrotillo" pocos días después.

Caso de verdadera necesidad lo encontramos también en la niña que ingresa el 25 de octubre de 1868, de unos siete meses. Lleva una nota que dice: "Se llama esta niña Manuela, es hija de matrimonio y la necesidad obliga a sus padres a entregarla a la beneficencia. Contraseña: F.L.-A.B.". El 18 de abril se presentaron los padres: Fausto López y Antonia Balero, de Úbeda, cuesta Rodadera. Mostraron la contraseña y se la llevaron.

Más sangrante aún es el caso de la niña que dejan el 12 de noviembre de 1869. Tres años después se presenta su madre: María, soltera, natural de Sorihuela pero vecina de Úbeda en calle Santo Cristo, que se la lleva. Pero el 31 de julio de 1878 "la devolvió María a esta casa cuna y se mandó en 6 de agosto de 1878 al Hospicio de Jaén con el corsario Miguel García, acompañada de la partida de bautismo". Igual sucedió con José Timoteo, expuesto el 22 de agosto de 1871. En enero se presentó su madre, pero el 12 de agosto lo volvió a traer porque dice "habérsele retirado la leche y no puede criarlo ya que dada su pobreza no puede costear la lactancia." El establecimiento "visto el estado cadavérico dispuso volver a recogerlo": Lo llevó a criar Eugenia Prieto, cuesta del Losal y después, el día 15 de agosto de 1872, Mariana Navarro, Calle Chirinos. Murió el 19 de julio de 1874.

Y casos extremos los tenemos, por ejemplo, el 4 de diciembre de 1862, en que dejan, de madrugada, en el torno, el cadáver de un niño. "Se enterró ese mismo día en el cementerio público". No es el único caso.

El bautizo continúa siendo lo primero. La gloria, así, se sigue garantizando. La inmensa mayoría son bautizados en San Isidoro. Los nombres de los sacerdotes oficiantes son: D. Francisco de Paula Ruiz, D. Antonio Labrador, D. Vicente Rubio, D. Antonio Santiago González... Como "madrina", aparece el "Ama General". Conocemos algunos nombres: María, Isabel, Ana Albadalejo, Ana Arjona... Las amas de "despechados" cobran 20 reales al mes. Las amas "lactantes", 30. Sabemos que algunas son madres del mismo expósito que amamantan. Comprobamos que son bastantes las mujeres solteras que piden lactar. Dicen así los libros: "Lo llevó (nombre), soltera, para lactarlo".

En cuanto a la ropa, infinidad de ellos van vestidos y acompañados de pañales, mantillas, gorros..., por lo general usados. No obstante continúan también los ejemplos de "ropa ninguna", "envuelto en unas cortinas viejas", "envuelto en unos trapajos viejos"... Envueltos, en definitiva, en muerte.
(Continuará)


R.M.N